miércoles, 8 de septiembre de 2010

ESPACIOS






Proyecto a medias que algún día retomaremos..


CASTIZOO





¿Y por qué no apuntarse a la fiebre festivalera?
Esquistos como son los Azafranes, eligieron para esta vez un elenco de primera.

Junto a los tangos castizos que nos gastamos por aquí, completaron la alineación los halos cabareteros de la gran Pía Tedesco & sus mujeres y un fichaje de primera, Los Hermanos Butaca, que a base de driblar tangos, acabaron marcando un estribillo a coro: "Peinando la cabeza al loro".

Una vez más y como ya es costumbre, nos encargamos de diseñar el cartel y animar el baile con una euforia desorbitante.

VACACIONES EN EL BAR





Fin de temporada. Llegó Junio, con sus desmanes y sus lluvias de Octubre, pero nos dio igual, siempre nos supimos fuera de foco, de ese foco concreto donde todo se consume inmediatamente. Lo nuestro es el strudel en blanco y negro & el martini bien agitao. Y con estas, nos fuimos de crucero rumbo a la locura..


VARIEDADES AZAFRAN, CHAPARRITA LUMINOSA from lamusica es on Vimeo.


Junto a los collares de flores y el mobiliario marinero, los tripulantes fueron obsequiados con un souvenir en forma de postal que servirá en un futuro para recordar la verbena que aquella noche montamos en la cubierta del Juglar.








Tomaso no pudo decirlo de mejor forma: "Me lo he pasao como una monja en mi casa".


viernes, 18 de junio de 2010

..Y TAMBIEN CELEBRAMOS



Algo sería, un cumpleaños, una beca o el nacimiento de algún superhéroe, pero el caso es que conseguimos el mejor tiramisú de toda la ciudad.

13 + 1 (=14 DE ABRIL EN JOSEALFREDO)




Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos. Ahí estábamos, por irnos y no.

Es cierto, ahí estábamos, por irnos y no, pero volvimos conformes al bucle de lo antiguo, cuando los brotes se despliegan como cáscaras de huevo animadas por el sol.

Jugamos en casa, a la buena suerte y diseñamos para ello un show a medida.

Para el cartel nos inspiramos en la figura del barquillero, auténtica piezaa del museo civil, contra quien algún día de la lejana infancia, nos jugamos algún duro por sentir crujir el barquillo entre los dientes.

Sin ningún respeto a la superstición, incluimos en escena diversos elementos amarillos, tales como flores, que el cantante repartió a mala sangre entre la concurrencia, o brazaletes, que aportaron a la banda el cariz de un escuadrón del tango.

El recital sonó como suena un recital. Nadie murió envenenado, no estalló ninguna lámpara, los camareros no dejaron de ser los mismos, per sí hubo quien no se fue sola a casa.

¿Quién era aquella mujer afortunada que a golpe de intuición acertó las 14 y se llevó consigo el tan preciado galardón?

Hay que explicar que el show fue aderezado con una tómbola final, donde cada parroquiano puso su intención en acertar la lógica de una quiniela poética, hecha a medida para Variedades, siguiendo paso por paso cada canción. Fichen:





¿Y Cuál fue ese preciado galardón que tan grata compañía hizo (se intuye) a la buena moza, aquella tórrida noche de Abril? Pues cuál iba a ser, conociendo el gusto que nos asiste..



No, no fue una estampita, sino el mismo santo en persona, hecho en latex y a tamaño natural. No digo más, vengan a verlo directamente en próximas convocatorias.



SABOR DE BARRIO:



El ritmo de Enero fue implacable. De Carabanchel a Lavapiés. ¿Se pué ser mas casto?

Y de nuevo ahí estuvimos, los pulidos, con la gráfica y algún cacharro, animando el show en el Local de Manu.

A resaltar: la incorporación del maestro Rodrigañez, quien hizo vibrar a la parroquia con una tormenta de graves.

Quien vino, repitió, como alimaña, entre sombras y se embriagó del sonido antiguo que trae nuestra banda favorita.

¡Larga vida al atavismo subterráneo!

jueves, 7 de enero de 2010

TANGOS PARA UNA MUERTE DULCE




Parecía Berlín pero era Carabanchel, casi a los pies del canódromo, un puñado locos se habían atrevido a descentralizar la cultura desafiando a la bien conocida manía del madrileño de transitar su ocio en no mas de doscientas calles. La afluencia era aun un misterio aquella noche, pero el caso es que ahí estábamos, como no, para variar, peleando a conrtratiempo para tener todo listo a la hora de dar comienzo el recital. El ajuar escénico se había incrementado, dando como resultado una propuesta más que defendible. La cosa iba así:


- Bombona de butano

- Sillón orejero de sky rojo

- Dos sillas también de sky rojo

- El pickup & sus vinilos

- Televisión vieja & video

- Dos mesitas

- Dos tapetes

- Un cable de luces

- 48 claveles

- 100 flyers


El motivo de aquella noche giraba en torno a la intoxicación. Habíamos previsto un suicidio colectivo al 2 x 4 y parece que al final la plebe se convenció de que era lo más propicio para aquella noche del 11 de Diciembre. Total, no creo que hubiera un acto más bastardo para conmemorar los ciento un años del nacimiento del zorzal y eso que Madrid no es una plaza fácil.


Las caras conocidas y las que no empezaron a aglutinarse en aquel garaje, reconvertido por esta vez en una suerte de catacumba anacrónica. Mientras la masa era aducida a base imágenes fílmicas de al menos 100 años de antigüedad y latas de la mejor cerveza nacional, en los camerinos, la banda y sus secuaces, daban por concluidos los matices finales y brindaban espléndidos con culos de ron, siendo inmortalizado aquel momento en una fotografía que ya forma parte de la hemeroteca de adictos a lo viejo. Todo estaba a punto, por fin había llegado el momento - ¿Quién tiene el detonador? - preguntó el más joven y rubio de los tres.


Llegué como pude al escenario esquivando a los fanáticos que se empeñaban en celebrar de antemano la muerte del primero de la tarde, apagué el pick-up y se hizo el silencio. Como una tribu de armarios viejos, los músicos tomaron posiciones, expusieron su intención de inmolarse allí mismo y a coro con el primer acorde, pudo oírse levemente un hilo de gas silbando cuando el cantor abrió la llave de la bombona butano. - Si la muerte va por tango, que me sepa dulce el fango -, exclamó un espontáneo, y los claveles se hicieron sangre en el moño de las damas...




Valses, chotis, milongas, más tango y archiperres varios; ahí estaba la banda, enrareciendo el aire con cada variedad, guiñando al rock, pidiendo al chiste, actuando a destajo, sudando el contrapunto, afilando el lloro, llevando la liebre al cazo y envenenando el público. Cerraron a la italiana y tuvieron que hacer bis. Algunos de los reunidos, ciegos ya como corcheas, arrojamos nuestros claveles como se arroja un hueso a un perro para que siga royendo con gusto.


Creo que fueron pocos los que pidieron esa noche volver a renacer, se estaba tan a bien en ese nicho mistongo... Pero la hora se impuso y hasta los muertos tienen que guardar silencio por puro civismo. Aun así, quede aquí patente, que no bien pase este siglo, iremos Carlos a cantarte todos a una hasta Chacarita.




Gracias de nuevo a todos. Gracias por tan buena Faena.